EXTRANJERO. Villano que es recibido con diversos y variables grados de tolerancia, según su manera de amoldarse al eterno nivel de nuestro desprecio y a la volubilidad de nuestros intereses. Entre los romanos, todos los extranjeros eran llamados bárbaros porque la mayor parte de las tribus con los que los romanos mantenían contacto las constituían hombres barbados. El adjetivo era meramente descriptivo, y no encerraba reproche alguno; por lo general, los romanos demostraban su desprecio más francamente, con una lanza. Sin embargo, los descendientes de los bárbaros (nuestros modernos barberos) han considerado conveniente replicar con la navaja de afeitar. Ambrose Bierce
23 DICIEMBRE 2006
© 1988 pepe fuentes