Terminamos el año 2006 con Ambrose Bierce y empezamos con él, para cerrar el ciclo de inciertos propósitos:
FUTURO. Periodo de tiempo en el que nuestros asuntos prosperan, nuestros amigos son sinceros y nuestra felicidad está asegurada.
Pues sí, por un momento podríamos esperar que este año se parezca al FUTURO de Bierce; que la suerte y la felicidad viva con nosotros hasta límites insoportables. Aunque, mucho me temo, que finalmente tendremos que conformarnos con aplicar una terapéutica y necesaria ironía o sentido del humor (viene a ser lo mismo) a las previsibles circunstancias desfavorables. Por mi parte (además lo recomiendo) tendré muy presente –lo que más feliz me haga-.