DESFILAN NIÑOS Y NIÑAS vestidos de comunión. Las madres dan los últimos retoques a los trajes de sus hijas. Reconozco a una de ellas y me acuerdo de hace años. En aquella época, las noches eran propicias para risas y emociones fuertes al amanecer. Ahora, aplicada en el vestido de su hija (también ella vestida pulcra y solemnemente para la ocasión), puedo pasar a su lado y no saludarnos porque ya no nos reconocemos, ya somos otros (ella sobre todo). Hemos cambiado porque HAN PASADO SIGLOS que han durado unos segundos.
4 AGOSTO 2007
© 2007 pepe fuentes