Al menos mi salud es buena, mi imagen me agrada,
el mundo no me necesita y yo a él tampoco.
En el colmo de la dicha, creo que hay dos o tres personas que me quieren,
lo afirmo porque yo les quiero a ellos.
También me aprecian dos o tres personas más, y la razón es exactamente
la misma.
Quizá no sea así, y ni me quieran ni me aprecien.
Eso nunca se sabe del todo.
Seis, más o menos. Son suficientes.
Puedo morirme pensando que aunque no mucho,
algo he hecho.
El resto del mundo no existe, nadie me conoce y yo
no conozco a nadie.
En mi entierro sólo espero a esas cinco personas,
la sexta quizá tenga algo que hacer ese día.
Los demás, como no existen, pueden quedarse en su casa.
31 AGOSTO 2007
© 2007 pepe fuentes