diez de enero de dos mil ocho: jueves (diecinueve horas). Vuelvo un rato a lo que dije el día dieciséis. Recapitulación: «Mi motivación es que no soporto la idea de la nada absoluta: sentarme a esperar la muerte sin hacer nada»… A Nathan Glaas, el protagonista de Brooklyn Follies, se le ocurre esperar la muerte escribiendo cada día el Libro del Desvarío Humano; a mí, sin embargo, el diario del mío propio. Me pregunto si tiene algún sentido; pero sólo por un momento, porque sé la respuesta (creo).
PS: un gato maúlla desgarradoramente desde un tejado cercano.