La forma más infalible y cierta de perderse en la nada con una cámara: localizar un lugar muy sabido o difundido iconográficamente, a ser posible impresionante, alejarse convenientemente eludiendo cualquier aproximación (medio o primer plano, por otra parte, difíciles de tratar sin caer en la «originalidad» sin sustancia), que pueda inducir a la subjetividad o a la autoría, y fotografiar planos generales, descriptivos, con gran profusión de elementos identificadores.
10 AGOSTO 2008
© 2006 pepe fuentes