16 OCTUBRE 2008

© 2008 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2008
Localizacion
Seaside (Estados Unidos)
Copiado máximo en soporte baritado
3
Fecha de diario
2008-10-16
Referencia
3197

Viernes: quince de Agosto. Dirección Florida. Primero Seaside, pequeño pueblo donde se rodó la película El Show de Truman. Es un pueblo primoroso, impoluto, con casitas de colores pastel y un orden y limpieza en las calles que daban ganas de andar de puntillas. Escenario perfecto para el drama paródico y descarnado de la película, donde todo es apariencia y representación.  Dimos una vuelta por la playa; había poca gente, colocada en una sola y ordenada fila interminable de hamacas y sombrillas frente al mar. Era una playa tranquila y luminosa, con bañistas estáticos, leyendo y que no movían un músculo. Como era privada o al menos la habitaban sólo gentes de la zona, nos miraban con extrañeza y algunos con mala cara: íbamos cargados con las cámaras y parecíamos intrusos dispuestos a meter las narices en su paraíso. Pero no, sólo pretendíamos curiosear un poco en son de paz: únicamente fotografiamos una especie de templetes que se sucedían cada doscientos metros y que daban acceso a la playa. Estaban en perfecta armonía con la amanerada y pulcra ciudad. La escena más representativa del ambiente fue una familia en la playa: un tipo de unos treinta y cinco años, alto, corpulento, sonrosado, con aspecto muy acomodado para su edad, jugando con dos niñas angelicales de cinco o seis años (sus hijas, supongo) y su mujer (imagino), rubia y atildada, incluso en bañador, tumbada en una hamaca leyendo (a lo mejor el libro de los pilares, el bestseller). Los personajes parecían participantes de El Show de Truman II que, por cierto, lo mismo estaban rodando y nosotros ni enterarnos. No era difícil imaginarlos en una casita perfecta, de colores serenos, viviendo un bienestar  interminable, infinito hasta el vértigo. Dormimos y cenamos en un pequeño pueblo llamado Marianna. Excelente cena y pobre motel de carretera. No había ni un solo bar abierto en todo el pueblo después de las nueve de la noche y eso que era viernes.

Pepe Fuentes ·