UN VIAJE SIN IMPORTANCIA, AUNQUE CON ALGUNAS SOMBRAS.
No, no fue iniciativa nuestra, aunque eso siempre puede arreglarse (la iniciativa de los demás). Sin embargo, no fue el caso: acatamos los designios ajenos sin protestar. Primero una travesía en barco que duro una noche y un poco de la mañana siguiente. Lo más importante que hice fue dormir; sin soñar, que pueda recordar. Tampoco había deseos ni propósitos. Sólo sobrevivir con dignidad. En qué consiste la dignidad en estos casos, sencillo: no permitirte reír sin ganas, por cortesía, las simplezas chistosas de gentes extrañas; incluso para sí mismas, me temo.
1 NOVIEMBRE 2008
© 2008 pepe fuentes