CODA DE UN BREVE VIAJE EN CLAROSCURO: Uno de los muchos puntos de inflexión que se van sucediendo a lo largo de la vida, es cuando acaba la edad de hacer amigos. No tengo ni idea de cuándo atravesé ese momento, cuándo la otra orilla, al otro lado del puente, quedó lejos. Creo que hace tanto tiempo ya que no puedo recordarlo. Ahora, entre los que ya estamos al otro lado, cuando nos vemos obligados a intercambiar palabras sin sustancia, sin carne y sin alma, mientras lo hacemos, nos miramos llenos de una perplejidad indiferente, tanta que ni siquiera nos interesa el nombre del otro. Sólo deseamos que todo termine pronto. Hubo un remoto momento para construir amistades, pacientemente, día a día; ahora, sin embargo, día a día también, desmontamos el tinglado hasta que no queda absolutamente nada; sólo polvo y extrañeza. No hay historia (luego vida) sin olvido.
11 NOVIEMBRE 2008
© 2008 pepe fuentes