Continuación de la información de ayer; que no recuerdo de dónde obtuve: «Como hace cuatro años, cuando realizó en el Palais de Tokio de París una performance con Marina Abramovic, otra artista que usa su cuerpo como materia prima de sus acciones. Los dos se enfrentaron durante cuatro horas en una cápsula de vidrio en la que, primero protegidos por una armadura de metal diseñada por Fabre y luego desnudos, practicaron el culto al sacrificio y al perdón, hiriéndose mutuamente con armas de metal y comunicándose con el público mediante mensajes escritos con su propia sangre. «Para mí, una performance es una perforación en mí mismo en la que me hago preguntas y aterrorizo mi mente y mi alma de forma poética», indica (Fabre).
No sé, no sé…a mí, lo de herir el propio cuerpo me parece una salvajada estúpida e innecesaria, que no creo que aporte nada a nadie. Esta fotografía, por ejemplo, es la máxima proximidad a un objeto punzante que yo he conseguido en nombre del «arte» y, como se puede ver, no me supuso ni el más leve sufrimiento físico. Claro, a lo mejor es por eso por lo que no me llaman del Palais de Tokio de París. De cualquier forma, echo de menos, como gesto auténticamente artístico, que hubieran llevado su acto hasta el final: a muerte, y no a primera sangre (que es una memez pusilánime y cobarde). Sin duda, como artista, prefiero mil veces a Yukio Mishima.
25 NOVIEMBRE 2008
© 1986 pepe fuentes