Nueve de diciembre de este año: me levanto temprano, como siempre, aunque no sé qué es temprano o tarde en estos casos. Insisto, creo que era temprano porque todavía era de noche. Me voy a recoger mis fotografías que he tenido expuestas en «la tienda de vender viajes«. Esa ciudad está a cuatrocientos kilómetros de mi casa y como tengo intención de ir y volver en el día, salgo temprano. Cuando llevo recorridos ciento cincuenta kilómetros empieza a nevar copiosamente y se recrudece la impresión de ser «el confiado Mister YES«, en la intrépida misión de recuperar sus fotografías para así empezar a olvidar inmediatamente.
29 DICIEMBRE 2008
© 2002 pepe fuentes