Había caminos, pero sus formas no eran nada fotográficas, al menos no como a mí me gustan, así que sustituí el camino por una fila de piedras pequeñas colocadas o incrustadas en la tierra con alguna intención que se me escapaba. Parecía que o marcaban una dirección o delimitaban dos partes perfectamente iguales, así que por ser tan aparentemente absurda la intención del colocador de piedras las fotografié. La imagen de lo incomprensible no puedo ignorarla.
11 ABRIL 2009
© 2009 pepe fuentes