Hoy tampoco tenía nada que decir y en el último momento se me ha ocurrido lo siguiente: me han llamado la atención, los protagonistas de las dos últimas novelas que he leído: La música del azar, de Paul Auster y Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, de Haruki Murakami, ambos en la treintena, y que nada más oír unas notas de cualquier música, especialmente clásica, aunque también Jazz, saben la obra y el autor, sin dudarlo, sea Haydn o Curtis Fuller. A mí siempre me ha asombrado la capacidad para retener músicas y autores. Es un talento que envidio sinceramente. Salvo este azaroso paralelismo americano-japonés y literario-musical (o el de las ventanas cegadas de la fotografía), no tengo nada más que contar, así que acabaré con una cita que también me sirve como coda de lo que más o menos he contado este mes:
«Una obra maestra debe existir pero no debe ser necesaria». Gertrude Stein.