…Nos conocimos en mil novecientos ochenta y uno y enseguida supimos que seríamos amigos. No es fácil que las amistades florezcan y, mucho menos, que se mantengan en el tiempo; aunque en aquella edad era más fácil. Ahora, a mí, me parece imposible crear vínculos parecidos. Tú fuiste diferente al resto de mis amigos; los que aparecieron en este diario en Marzo, algunos también amigos tuyos. Aunque el último en llegar, enseguida se estableció una tupida trama de complicidades, confidencias, intereses, afinidades y disponibilidades. Hoy, después de veintiocho años, nada menos, aquí seguimos, mirándonos frente a frente y a ver que nos sale, con la vieja cámara grande de por medio, que por cierto tú también utilizaste alguna vez en los años ochenta…
2 AGOSTO 2009
© 2009 pepe fuentes