Sospecho que para realizar fotografías, importantes o no, uno tiene que olvidarse del lenguaje fotográfico como condicionante y de que es un presunto fotógrafo. Como quien escribe, de que supuestamente es escritor. Probablemente, sólo se puede llegar a la madurez creativa cuando se han dejado atrás todas las preocupaciones técnicas e inherentes al lenguaje utilizado; simplemente porque ya están incorporadas a las células y fluidos corporales. Se hace lo que hay que hacer y punto. Nada más.
«¿Ha buscado alguna preocupación filosófica constante en su obra?
-No. Creo en la experiencia a través de todos los sentidos: a través de la literatura, la música, la amistad, la pintura, etc. Todas ellas producen en una persona una serie de experiencias que se acumulan, y esas experiencias acumuladas forman una filosofía, no cerrada sino abierta. El artista siempre trabaja con los ojos.» Manuel Álvarez Bravo