…Después, en agosto del pasado año, le diagnosticaron un peligroso cáncer. Uno de los más canallas y devastadores, de esos con los que no hay negociación posible porque llegan envenenados. Con ellos, la vida tiene vencimiento irreversible: sólo queda esperar y desear que el sufrimiento no sea devastador. Desde noviembre ya no pudimos hablar con ella. En diciembre, con una amiga común, le hicimos llegar esta carta:
«Hola Harumi: en este momento, en el que Naty y yo te estamos escribiendo este pequeño pero muy sentido mensaje, nos sentimos especialmente cerca de ti. Tú siempre estás presente en el espacio más íntimo y privado de nuestros afectos. En ese refugio, acogedor y esencial para nosotros, donde nos reunimos a disfrutar de la mutua compañía, somos muy pocos. Tú les conoces a todos, porque eres parte esencial de nuestro mundo, y ya sabes: nosotros siempre hemos preferido a pocos pero importantes. Cuando se piensa en alguien que está lejos, y que se quiere sinceramente, las imágenes de los momentos vividos en compañía se agolpan con una vivacidad y colorido que hace desear intensamente que vuelvan y se repitan y repitan, una y otra vez: charlas, comidas, cenas, arte, trabajo, recuerdos, risas, bares, amigos…tantas y tantas cosas. Que todo lo que nos ha hecho felices juntos perdure siempre. Que no se acabe nunca. Puedes estar segura, Harumi, que desde que decidiste viajar a Japón, en todo este largo tiempo ya, siempre, en todo momento, hemos deseado que volvieras cuanto antes, para reanudar todas las cosas que hacíamos juntos. Por cierto, quizá te guste saber que el sistema de riego que nos ayudaste a instalar, sigue funcionando estupendamente. No se ha secado ni una sola planta. Mañana viajamos a Chicago para conocer a Emma Louise; te comento esto a propósito de que Gabriel también se acuerda mucho de ti: me pregunta frecuentemente por cómo te encuentras. También él te envía un fuerte abrazo. No queremos cansarte (ni a Yuki, que te estará leyendo esta carta); sólo decirte que no te olvidamos y que te queremos.
Cómo ya habrás supuesto, lo que acabas de escuchar lo ha escrito pepe (ya sabes, es el escritor de la familia); nadie lo habría expresado mejor. Todo lo que ha dicho lo sentimos los dos, y no cambio ni una coma; creo que lo sabes.
Te queremos y te echamos de menos. Toda nuestra energía para ti.
Besos, todos.
Pepe y Naty