…De pronto, el implacable domingo. El tiempo, una vez más, había sido fugaz, vertiginoso. Antes del regreso, una última incursión al centro mismo de la ciudad, otra vez, por qué no, a la plaza de la catedral. Allí estos dos hombres me recordaron «el tercer hombre», el que faltaba en la composición, el muerto viviente, el ausente presente. Quizá una imagen como ésta sólo sea propicia en Viena, porque allí han ocurrido demasiadas cosas importantes y su halo todavía persiste en el aire; sólo hay que ir y permanecer atento un rato, aunque sólo sean tres días. Es la ciudad donde he realizado mayor número de fotografías de mi interés en menos tiempo: sólo dos visitas cortas.
«El que en una obra de arte su concepción del mundo nos parezca una de sus cualidades artísticas, nunca se deberá a la manera especial de concebir el mundo que tiene el autor, sino más bien al grado de talento que fue capaz de emplear en ello». Arthur Schnitzler
19 MAYO 2010
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