…Más de –lo que (creo) he dejado atrás en fotografía-. Lo mismo ocurre con otra dichosa serie parecida (también aquí): -Vestigios-. La idea motora que hizo que ese descomunal esfuerzo se pusiera en movimiento y se concretara en cientos de fotografías, realizadas en varios países durante años, esencialmente consistió en la misma estúpida idea que la serie de ayer: unas determinadas arquitecturas, generalmente muy deterioradas, remotas (aspecto supuestamente «interesante» en sí mismo) y conformadas con materiales desgastados que añadían valores netamente fotográficos como las texturas. Ingenuamente pensaba que algunos de los rasgos importantes que siempre deseo que sugieran mis fotografías, como un cierto misterio y una fuerte evocación o invocación del otro lado, a través de éste, lo iba a encontrar sólo con el hecho de ir lejos y fotografiar unos restos remotos impecablemente. ¡Qué originalidad! Pues no, en absoluto. Unos restos de muralla de una remota ciudad romana (Ercávica), eso sí convenientemente texturizados por efecto de una luz apropiada, y con un equilibrio aceptable entre masas (materia y vacío), sólo es eso…unos restos de muralla de una remota ciudad …y así hasta el infinito. Si en vez de fotógrafo fuera pintor podría haber añadido veladuras de color, deconstrucciones, reinterpretaciones abstractas, e incluso, en el colmo de la originalidad, algún detalle pop e incluso algún graffiti; y eso sí, imprescindible, un texto conceptual de acompañamiento. En fin, un enorme esfuerzo que se me ha quedado atrás y del que soy el único responsable…
20 AGOSTO 2010
© 1999 pepe fuentes