…Después, elijo el punto de vista más apropiado para fotografiar. Los personajes empiezan a acudir a mi visor; seres humanos anónimos, intercambiables con cualesquiera otros de otras plazas, de otras ciudades, de todas las ciudades. Con ellos actuando y en movimiento, el escenario de la plaza adquiere una atmósfera extraña, desasosegante a veces. También se acercan animales, pero extrañamente humanizados. La vieja cámara grande comienza a actuar a partir de los impulsos que la transmito, que ella reinterpreta creando verdaderas coreografías desesperanzadas…
18 SEPTIEMBRE 2010
© 2010 pepe fuentes