Capítulo: LOS ANIMALES. Me gusta ver y fotografiar a los animales recluidos en los zoológicos. Su quietud e indiferencia me resultan hechizantes. Qué sentirán, me pregunto, quizá estúpidamente. Si tuvieran la capacidad de desarrollar sistemas filosóficos o simplemente reflexionar sobre la vida y la muerte, los más preclaros vivirían en los zoológicos, seguro. Si los miras atentamente casi puedes percibir sus estados de ánimo. Los animales en libertad me resultan extraños, a los cautivos, al menos, los puedo intuir. Mantienen incólume su belleza, a pesar de la cautividad, gracias a su fortaleza e inviolable dignidad. De todos ellos, los que más me gustan son los más grandes: los de la serie de hoy -Los Elefantes- y los de la de mañana. Puedo permanecer mucho tiempo frente a los Elefantes cautivos, simplemente mirando sus lentos y solemnes movimientos. «El bromista del reino animal, que posee una nariz elástica y poca capacidad para almacenar sus dientes». Ambrose Bierce
27 FEBRERO 2011
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