…Por circunstancias familiares, he presenciado en primer plano el deterioro y la devastadora conquista de la enfermedad del cuerpo de J., una persona muy próxima a mí. Todo empezó a mediados de Septiembre. Cada día, y desde hace un mes aproximadamente, he observado el incontenible y aniquilador despliegue del mal inclemente. Cuando el invencible enemigo se instala tan cerca, tanto que lo puedes ver, oler, tocar, el peso de la tristeza y la impotencia te aplasta el ánimo con fuerza irresistible. Su proximidad te hace sentir que ese siniestro plan de aniquilamiento, inesperado y canalla, también te puede tocar a ti mañana, o incluso que ya habita dentro, inadvertidamente…
4 ENERO 2012
© 2011 pepe fuentes