Félix Fèneòn (o los SUICIDADOS PORQUE SÍ):
–Un sexagenario, el señor Bone, vecino de Andigné (Sarthe), en estado de embriaguez, había pegado tan fuerte a su criada, que iba a ser procesado. Enojado, se ahorcó.
– Antes de lanzarse al Sena, donde ha muerto, el señor Doucrain había escrito en su libreta: «Perdona, papá. Te quiero mucho».
– Laville, vecino de Fournier (Ardèche), se tumbó, se puso la boca de la escopeta bajo el mentón, y accionó el gatillo con un cordel. Muerto.
– A los ochenta años, la señora Saout, vecina de Lambézellec (Finisterre) empezaba a temer que la muerte se olvidara de ella; ausente su hija de casa, se ahorcó.
– Por la noche, Blandine Guérin, vecina de Vaucé (Sarthe), se desnudó en la escalera, y desnuda como la pared de una escuela, fue a ahogarse al pozo.
– Un hombre de unos treinta años se ha suicidado en su habitación de un hotel de Mâcon. «No busquéis mi nombre», dejó escrito.
– En un hotel de Lille, el señor H. Hallynch, vecino de Ypres, se ha ahorcado por unos motivos que, según una carta suya, muy pronto serán conocidos.
– Por quinta vez, Cuvillier, pescadero de Marines, se ha envenenado, y esta vez ha sido la definitiva.
5 FEBRERO 2012
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