…A la una del mediodía me quedé solo y me dispuse a iniciar mis «performances» deseando que el mundo se olvidara de mí (eso lo tengo asegurado) y de O. el pueblo muerto y fantasmal. A pesar de la soledad del paraje y que, aparentemente, en el pueblo no había nadie, de vez en cuando, sonaban golpes y ruidos extraños. -Aquí no hay nadie, debe ser el viento que hace golpear puertas y ventanas- me dije…
9 ABRIL 2012
© 2012 pepe fuentes