…A las ocho llegó Naty de la tarea que tiene que afrontar diariamente para que yo pueda seguir conduciendo plácidamente mi vida montado en mi chaiselongue. Qué dura es la vida (de los demás, porque me parece que yo vivo bastante bien, aunque el mundo me ignore, o quizá precisamente por eso). Sospecho que mi vida, el veinticinco de octubre, resultó superficial y bastante frívola, pero así son las cosas. Nos dispusimos a dar nuestro paseo diario y, aunque no había llovido en toda la tarde, nada más salir por la puerta, comenzó a diluviar con fuerza. Propósito abortado. Cena y película de asesinos a sueldo. Un día ligero, ligero…y placentero aunque con poca textura emocional. Viva la vida sin sufrimiento existencial, ni enfermedad, ni dolor…-y sin arte-. Ah, y que nadie espere nada de mí, porque yo no tengo la culpa de nada, ni solución para nadie. Mi aportación al mundo es banal y prescindible para cualquiera. Pues eso. Fin de la historia de mi vida el jueves, veinticinco de octubre de dos mil doce.
15 DICIEMBRE 2012
© 2010 pepe fuentes