13 FEBRERO 2013

© 2011 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2011
Localizacion
París (Francia)
Fecha de diario
2013-02-13
Referencia
4952

DICCIONARIO IMPROVISADO E INNECESARIO
MACHO: Como tal carece de relevante importancia, salvo para proveer de espermatozoides (célula sexual masculina, producida en los testículos, destinada a la fecundación del óvulo) a la Hembra para la incuestionable y, se supone, necesaria perpetuación de la especie (aunque ya llevamos tanto tiempo aquí, que quizá habría que pensar seriamente en una higiénica y artística extinción, como los dinosaurios, que gracias a ella son una leyenda, mientras que la especie humana es más bien una mejorable presencia). Bien, si el macho es imprescindible para la reproducción (aunque no sé hasta dónde ha llegado la ciencia en ese campo), no lo es para proporcionar placer sexual a la hembra, o al menos un placer incomparablemente intenso. La hembra, poseedora de una inagotable capacidad y recursos comparada con el macho, tan flojo e impotente. A saber: desde otras hembras, hábiles conocedoras de sus más recónditos puntos de placer, hasta todo tipo de discretos y sofisticados artilugios (qué macho puede competir con la inagotable energía eléctrica conectada a una reproducción exacta del pene, tamaños ad hoc). Si a eso añadimos la vulnerabilidad e inseguridad del macho ante los necesarios empinamientos, y por supuesto, luego, los inevitables decaimientos refractarios y otras perturbaciones psicológicas y espirituales, nos encontramos con un ser en el que habitan notorias deficiencias frente la hembra, que le colocan al borde del ridículo más bochornoso. No sé de qué ignorante convicción ha obtenido su prepotencia, preeminencia y lo que es peor, su intolerable agresividad. Quizá es porque no soporta reconocer que vive de la conmiseración de la hembra. Y ahora Ambrose Bierce: MACHO: Miembro del sexo sin importancia o insignificante. El macho de la raza humana es generalmente conocido (por la hembra) como Mero Hombre. El género tiene dos variedades: buenos proveedores y malos proveedores. 

Pepe Fuentes ·