…Veinticinco de Abril (ver diario de ayer). Salí de mi casa a las ocho y media de la mañana. Me dirigí hacía el noreste, a la ciudad de A., en la que imaginaba encontraría un escenario adecuado para fotografiar y dejarme llevar por mis ensoñaciones (tonterías) durante unas horas. Di unas vueltas por la zona urbana (que no palaciega) intentando hallar la carretera o camino de acceso a lo que buscaba. Por fin di con la ruta. Eran casi las diez de la mañana. Una vez allí me alegré, porque me pareció un emplazamiento perfecto para que ocurrieran algunas cosas, aunque, cuando entré en una de las habitaciones, se produjo un ligero temblor, como si mi presencia, y lo que era peor aún, mis intenciones, resultaran incómodas al sórdido equilibrio del contaminado lugar…
20 MAYO 2013
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