«Los surrealistas celebraban la experiencia, la vida cotidiana y aquellos pequeños detalles que solían pasar desapercibidos pero que encerraban gran potencial estético. Esa misma actitud los llevó a despreciar el éxito artístico. Un surrealista no podía ser un profesional del arte, y mucho menos pretender iniciar una carrera ascendente en busca de dinero y gloria». Carlos Granés
8 JULIO 2013
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