Un día del mes pasado decidí viajar a Belmonte. Por qué? Por nada. Nunca había estado y ya iba siendo hora de que me diera una vuelta por allí. Es bueno para mí, me parece, aproximarme a pequeñas ciudades cercanas que no he visto y ni tan siquiera mirado. Seguir a alguno de sus perros por el visor de mi cámara, como éste, que huye asustado al notar al extraño espiando; olfateando, como ellos…