14 MARZO 2014

© 2010 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2010
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-120 MM.- ACROS 100
Copiado máximo en soporte baritado
3
Fecha de diario
2014-03-14
Referencia
4382

El otro día, hace ya bastantes, salí a dar mi paseo por la mañana (es el único aspecto caprichoso de mi vida: la hora y dirección del paseo). Me dirigí al río (como casi siempre) e hice el camino habitual: ir mirando de reojo, izquierdo, el agua y los pájaros, grandes y pequeños, que viven en la orilla; y por el derecho, la estación de trenes rápidos, con mi casa al fondo. A la vuelta, al revés. Esa mañana, cambié de idea y decidí volver atravesando en diagonal el barrio. No pensaba en nada. Nada más cruzar la carretera me encontré con un antiguo amigo al que ya no veo nunca. Comenzamos a charlar, como si nada, levemente, y seguimos y seguimos, y así toda una hora. De qué hablamos? De casi nada de lo que tiene que ver con la realidad, ni la suya ni la mía. Por qué, pues sencillamente porque ya casi no tenemos presente; solo pasado e incertidumbre. Al parecer, según nos dijimos el uno al otro, estamos jodidos pero muy bien y todo al mismo tiempo. Nos reafirmamos en que nuestras mujeres son las mejores que podíamos haber tenido y que ya nos queda muy poco por hacer, que los amigos terminan perdiéndose y que todo es una jodida mierda, pero eso sí, estábamos cojonudamente y al mundo le podían dar por el mismísimo culo. Use, que así se llama mi antiguo amigo, está como una jodida cabra, de atar; y yo también. El asunto no da para más. Menos mal que a él y a mí nos queda un punto de locura y agudo sentido del absurdo que es lo que nos salva y nos salvará para el resto de los tiempos, de nuestro tiempo. Ah, y al mundo, que le den. Creo que eso dijimos antes de despedirnos, y si no lo hicimos fue, únicamente, porque se nos olvidó. El azaroso y saludable encuentro se acabó y cada uno nos fuimos a seguir con lo nuestro.  

Pepe Fuentes ·