20 MARZO 2014

…Había menos fotografía que en otras ediciones pero sí algunos autores con obra muy estimable. Por ejemplo, un tipo que presentaba fotografías de pequeños monos danzarines con máscaras o caras de muñecas, en un fuerte contraste en color. Fotografías originales y muy bien resueltas (pero no tomé nota de su nombre, luego no sé quién era el autor, solo sé que era un hombre). Aunque, al acercarme a un pequeño escrito de autopresentación, éste, como todo el mundo ahora, se empeñaba en explicar cuál eran las razones de sus poderosas imágenes y hablaba de las relaciones de lo humano con lo animal, de la soledad y tonterías parecidas, así que dejé de leerlo en el segundo párrafo diciéndome: «qué ganas tiene este buen fotógrafo de ser otra cosa: antropólogo, o filósofo, o psicólogo conductual,  o yo que sé». Y eso daría igual sino fuera porque resultaba un atentado contra su propia obra, desvirtuaba con «ideas» la arrasadora fuerza de sus imágenes, que eran eso, nada menos que potentes fotografías. No sé cómo se llamaba porque no suelo fijarme en los nombres de autores, quizá pensando que no los conoceré y, sobre todo, porque voy buscando sensaciones y disfrutar solo mirando y a veces viendo y la cultura referencial y formal me da un poco igual…