A propósito de los perros, a mí, estéticamente, me gustan mucho los galgos: me parecen perros melancólicos y asustadizos, estilizados y herméticos, que parecen soportar el peso del mundo sobre sus frágiles y etéreos cuerpos. Suelen mostrarse desconfiados lo que me hace pensar que poseen una rara y lúcida intuición. Consideraré seriamente la posibilidad de adoptar un perro, como dije ayer, aunque quizá un galgo, no sé, no creo que con su fragilidad física pudiera soportar mis confidencias, aunque como corren veloces, cuando se sintiera existencialmente abrumado, podría alejarse rápidamente de mí. De todas formas, me encantaría fotografiar uno, negro, o tal vez blanco, en caso de que se dejara; por mi parte, pondría todo de lo que fuera capaz. Como no tengo galgo, este otro perro que huía de mis sospechosas intenciones.
8 ABRIL 2014
© 2006 pepe fuentes