…Después de la iglesia, seguí camino: bajé por la cuesta de San Justo y giré a la izquierda, buscando el Callejón de Benitas, donde ya realicé hace tiempo unas fotografías que me gustaron mucho (sospeché que empezaba a parecerme a un «contemporáneo reiterativo» pesado hasta el bostezo). Esta calle estrecha e irrelevante es una de las más interesantes de la ciudad para mí; el porqué es sencillo, no hay ni una sola puerta de vecindad, solo altos muros, de principio a fin. Además, nunca pasa nadie por ella, va de la Bajada del Barco a la calle San Lorenzo y viceversa, claro, y no se sabe muy bien para qué, de hecho casi nadie pasa por este callejón. Me fascina su aparente sinsentido. Una calle sin importancia pero sugestiva y hasta poética en su intranscendencia solitaria y, por si fuera poco, antes de mediados del siglo XIX se llamó de los Muertos. Fotografié con el sol resbalando por las paredes y el empedrado (las que realicé en el invierno de dos mil nueve fue con luz velada, al atardecer)…
25 JUNIO 2014
© 2014 pepe fuentes