Hoy es mi cumpleaños. Nada que celebrar. Desde el año pasado no hay ni habrá celebraciones en este día. Hace treinta años tampoco las había. Nunca debería haberlas por motivo tan casual y pueril. El diez de Julio, en mi corta caminata mañanera, oí este poema en uno de mis programas de radio preferidos y enseguida pensé en el diez de este mes:
EL VIAJE DEFINITIVO
…Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas la tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado
mi espíritu errará, nostálgico…
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
Juan Ramón Jiménez