13 AGOSTO 2014

© 2004 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2004
Localizacion
Praga (Chequía)
Soporte de copias
ILFOBROM GALERY FB
Viraje
CLORURO DE ORO B/N
Tamaño
46,5 x 58,2 cm
Copiado máximo en soporte baritado
2
Copias disponibles
2
Año de copiado
2004
Fecha de diario
2014-08-13
Referencia
432

DIGRESIÓN TRES: Ida, de Pawel Pawlikowski, (Polonia, 2013)…Y después, qué pasará después… y después… y después… y claro, como después nunca pasa nada, hay que saltar al vacío, a la Nada, sin más remedio. Las protagonistas no pueden soportar el Después. Esa es la piedra roseta de esta convulsa historia, me parece. Es la esencia y sustancia, es la desesperación, el sabor cruelmente amargo de que no hay solución. Es una intensísima historia, que no da tregua, ni margen, ni respiro, sobre todo porque está sostenida por una textura en blanco y negro que entrecorta la respiración. Fotográficamente es de una belleza majestuosa pero intimista; seca y desasosegante pero lírica; sobria y acariciadora pero mortal, venenosa. El drama parece existir y consistir gracias a una fotografía turbadora. También la historia, por supuesto, la de las dos mujeres, la tía y la sobrina, ambas heridas y sin salvación: una elige la catarsis, una existencia señalada por la imposibilidad y la inteligencia que solo, coherentemente, puede acabar de un único modo. No hay otra salida para los que han experimentado que la vida lúcida es insostenible. Para la joven sobrina es igual, pero ésta adopta otra vía más desoladora: enterrarse viva, pero eso sí, revolcándose en la morbidez viciosa y adictiva del embrutecimiento del silencio y de una supuesta espiritualidad superficial, estúpida y banal. Hay otra lectura posible de esta historia, tangencial y secundaria y no es otra que ciertas creencias dogmáticas e incuestionables para determinadas personas solo son consecuencia del lado fútil del azar. Qué es ser judío o católico más allá de unas triviales convenciones y normas morales escritas por gentes muertas ya? Sencillo: nada de nada. La joven protagonista, de ascendiente judío, se cría en un entorno católico y por lo tanto será católica hasta el final de los tiempos, como no puede ser de otro modo, salvo que hubiera estado herida por la lucidez, como su tía. Qué es ser judío o cristiano, nada de nada, pura fatalidad. Por cierto, me llamó la atención no ver a esos otros malignos, cargados de estúpida y despiadada ideología asesina: los comunistas que reinaban en Polonia en el momento en el que se desarrolla la historia. Mejor, un disgusto menos. En definitiva, una película de belleza inolvidable.     

Pepe Fuentes ·