29 OCTUBRE 2014

© 2014 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2014
Localizacion
Madrid (España)
Fecha de diario
2014-10-29
Referencia
7127

DIGRESIÓN NUEVE: Los girasoles ciegos, Alberto Méndez (2004) Premio Nacional de narrativa (2005). Cuatro relatos o capítulos: «Si el corazón pensara dejaría de latir», «Manuscrito encontrado en el olvido», «El idioma de los muertos», y el que da título al libro, «Los girasoles ciegos».»Todo lo que ha sobrevivido ha alterado poco a poco su recuerdo porque su presencia real es incompatible con la memoria, pero lo que hemos perdido en el camino sigue congelado en el instante de su desaparición ocupando su lugar en el pasado». Alberto Méndez. Cómo puedo haber tardado tanto en leer esta novela, en realidad cuatro, todas intensas, todas magnificas, bellas y convulsas. Unos personajes atribulados y señalados por sombríos presagios y un escenario: el final de la trágica guerra civil y los primeros momentos de la posguerra sórdida y canalla. Una atmósfera irrespirable, helada, hambrienta, sucia de mezquindades y miserias. Ahogada en sangre.«Aunque todas las guerras se pagan con los muertos, hace tiempo que luchamos por usura. Tendremos que elegir entre ganar una guerra o conquistar un cementerio» Alberto Méndez. Una novela en cuatro o cuatro en una, que en su primeras líneas (Si el corazón pensara dejaría de latir), el personaje protagonista, el capitán Alegría, grita a sus enemigos derrotados la frase: «¡Soy un rendido!». A partir de esa frase supe que había llegado a una grandiosa ceremonia literaria. Los cuatro relatos, sutilmente engarzados, no dan tregua. Todo es veraz, adictivo e infeccioso, por bello y creíble. He leído la novela, tarde, pero rápido, en un solo día, porque la literatura de orden superior no admite demoras ni descanso: una vez que empiezas ya no puedes parar. El alma de cada una de las historias la encuentras en el territorio de lo fascinante, por la manera en la que Méndez conjuga y construye con palabras las historias de unos seres humanos que se mueven entre la épica más extraordinaria, el misterio de unos actos gloriosos y trágicos y el derrotismo más desolador. Si los seres humanos somos capaces de reaccionar y actuar como lo hacen los personajes de Méndez ante la derrota y la muerte cierta, y llegar a las más altas cotas de fatal, heroica  y grandiosa resignación, entonces sí, entonces merece la pena pasar por este mundo, aunque solo sea para disfrutar con novelas como Los girasoles ciegos.  
 

Pepe Fuentes ·