LA VUELTA AL «CUARTO OSCURO» I: Once de noviembre, martes. He regresado después de casi nueve meses (me despedí el veinte de febrero) en su vertiente copiado de negativos. Preveo permanecer dos o tres meses, tres días a la semana durante siete horas, por las mañanas. Es una tarea importante para mí porque hace que todavía me sienta un poquito fotógrafo. Es el hecho de calibrar luces y tonos, grados de contraste, combinación de reveladores, apantallados con mis manos, tocar, oler e intervenir artesanalmente en la elaboración de la copia. Soy de la opinión de que un excelente positivo, a la antigua manera, es la forma más bella y perfecta de culminar el proceso de fotografiar. En estos nuevos tiempos para la fotografía, esta actividad es una virtuosa rareza que a mí me mantiene melancólicamente unido al enamoramiento, al flechazo ilusionado de los primeros encuentros. Dice Félix de Azúa en su Diccionario de las artes: Artesanía. Es el nombre antiguo del Arte o, si se prefiere, es el nombre de unas artes ya desaparecidas, las artes manuales, de las que vivían, agrupados por gremios, los artistas de la orfebrería, de la escultura en cera, de la sastrería y de otras cien utilidades. Es curiosa la mención de Azúa en cuanto a la orfebrería, porque, de algún modo, la fotografía clásica, por sus componentes argénticos y a veces áuricos (en mi caso) tiene que ver con ese noble oficio. Creo que me estoy alejando de la noticia que ha motivado esta entrada; así que mejor sigo mañana…
3 DICIEMBRE 2014
© 1979 pepe fuentes