…Una vez descubierto el misterio del inexplicable impulso fotográfico he buscado en mi intrincado, enigmático, disparatado e ingente contenedor de imágenes sin fin ni propósito y me he encontrado con la fotografía del gatito que fue y que vivió hasta llegar a gato, y luego a gato muerto. Cuando me lo encontré años después de que fuera gatito, en el huerto podrido, me lo llevé cuidadosamente para fotografiarlo como evocación poética y nostálgica de lo que fue, de todo lo que es y de pronto deja de ser para ser otra cosa, para ser nada y ahí ha quedado, fijado en uno de mis escondidos negativos para siempre. Nadie sabe cómo fue la vida del gatito que sobrevino en gato hasta que le llegó el final. La muerte le ha dotado de una indudable y sobrecogedora presencia quieta. Lo fotografié por el inexplicable e inquietante impulso que crea ignotas conexiones para que confluyan en mi vieja cámara, sin que yo llegue a entenderlas, ni siquiera remotamente…
2 MARZO 2015
© 2014 pepe fuentes