…Viene de ayer, del desastre informático. Intenté gestionar nerviosamente la recuperación de datos, con la ayuda de Naty, y no, no ha sido posible. Al parecer el dichoso disco duro se descompuso físicamente. «Ha sido, sin sombra de duda, la sutil belleza de todo lo que contenía; la corrosiva intensidad dramática de mis cosas». Me enfadé mucho porque la pérdida suponía días y días de trabajo y la sensación de que un aniquilador Alien se había colado salvajemente en mi candorosa intimidad. Menos mal que las pérdidas no parecían irreversibles. También me consuela pensar que el daño podía haber sido infinitamente mayor. Alguna virtud tenía que tener guardar las imágenes en negativos y estos, a su vez, en estupendas cajas a las que puedo recurrir en cualquier momento. Claro, siempre y cuando no haya un incendio y se vaya todo a la mierda. Espero que si tiene que suceder (lo del incendio) ya no esté vivo y así no tener que asumir la penosa tarea de recoger las cenizas.
3 ABRIL 2015
© 2009 pepe fuentes