4 ABRIL 2015

© 2007 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2007
Localizacion
Toledo (España)
Soporte de imagen
-35 MM. Kodak. High-Speed Infrared 400
Copiado máximo en soporte baritado
1
Fecha de diario
2015-04-04
Referencia
7585

Treinta y uno de marzo: siete menos cuarto de la mañana, paso por la terraza de mi casa para dirigirme al estudio (a reescribir la olvidada crónica de la película –Madre e hijo-, del otro día). Echo un vistazo de reojo a la siempre solitaria calle porque oigo un ruido extraño. A lo lejos, frente a la puerta del vecino de arriba, enganchados y volteándose el uno al otro, pelean mortalmente dos gatos. Me impresiona la fiereza enloquecida con la que se emplean en hacerse todo el daño de que son capaces, que es mucho. Uno de los contendientes es el de mi vecino, el que vive al final de la cuesta, que, además de ese gato, tiene un vivaracho y alegre perro pequeño. Ambos, el perro y el gato, conviven desde que nacieron en estrecha y amigable compañía (los dos se asoman a la ventana a cotillear la calle o salen a dar una vuelta con su dueño). La pelea: los dos gatos bajaron rodando por la calle enganchados el uno al otro en un revoltijo, trabados por uñas y dientes, bufando, con ronquidos furiosos. Observé la escena encogido por el susto que me producía tanta ciega agresividad. En esto, mi vecino abrió la puerta de su casa y apareció el perrito que bajó la cuesta ladrando incontenible, lanzándose como un poseso a por el gato que atacaba a su compañero. Ambos le persiguieron. El gato intruso se salvó gracias a que se metió debajo de mi coche. Los dos amigos, perro y gato, rodeaban el coche excitados, dispuestos a caer salvajemente sobre el gato vencido por la santa alianza de los animalitos fraternales. Mi vecino bajó a por sus guerreros, cogió en brazos al  herido y, seguido del perro vengador, regresaron despacio hacia su casa. El otro, el forastero, que se había refugiado debajo del coche, aprovechó para escapar cuesta abajo.     

Pepe Fuentes ·