16 AGOSTO 2015

© 2013 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2013
Localizacion
Aranjuez (Madrid, España)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD SFX. 200 (100)
Soporte de copias
ILFORD MULTIGRADO BARITADO
Viraje
SELENIO
Tamaño
18 x 22,7 cm
Copiado máximo en soporte baritado
2
Año de copiado
2014
Fecha de diario
2015-08-16
Referencia
6854

…SOBRE EL CONFORMISMO Y EL PLACER EN LA MUY MADURA EDAD X: He llegado hasta hoy rellenando días con este asunto del placer en la -muy madura edad-porque viajando no escribo. Estoy forzando un poco los argumentos aunque no tengo mucho más que decir, ni de este tema ni de ninguno. La cuestión es combatir el aburrimiento haciendo cosas que parezcan interesantes. Podría iniciarme en la práctica del Golf que parece un deporte apropiado para gente tranquila y madura (y tal vez aburrida). El problema es que no me resulta interesante y, lo que es peor todavía, parece una actividad netamente social y eso a mí no me sirve. Sin embargo, al parecer, entretiene mucho y da mucho gusto cuando consigues meter la dichosa pelotita en el deseado agujerito (tendrá este deporte connotaciones sexuales?, me pregunto, porque si es así quizá me pueda interesar). También puedo explorar el placer a través de cuidadosas y tranquilas reflexiones epicúreas que me alejen de necesidades compulsivas; algo así como: «la tranquilidad espiritual propia del sabio que distingue los deseos naturales de los que no lo son y es capaz de alejarse de aquello que es vano». Sí, alejarme poco a poco de los deseos, tan complicados de gestionar a mi edad. Eso no parece muy difícil. Ya filosofó Shopenhauer sobre el precio de conseguir lo que se desea, que no es otro que el desolador aburrimiento; o George Bernard Shaw: «Hay dos catástrofes en la existencia: la primera cuando nuestros deseos no son satisfechos; la segunda, cuando lo son». La jurisprudencia de la antigua Roma legitimaba el derecho al suicidio cuando el aburrimiento resultaba insoportable. Bueno, el caso es que cuando te das cuenta de que no queda nada por hacer, o de que lo que la razón dice que podríamos hacer no consigue apasionarnos, tenemos un problema. O dicho de un modo más carnal y propio: tengo un problema…    

Pepe Fuentes ·