25 AGOSTO 2015

UN BREVE VIAJE (primera parte): El veinticuatro de julio, viernes, nos acercamos a Segovia. Por nada, o más bien porque sí. No sabíamos dónde ir y se nos antojó como posible porque León nos pillaba demasiado lejos. Sí, eso fue determinante. Habíamos ido algunas veces a Segovia, pero no recordábamos nada que mereciera la pena. O sí, pero no pusimos en marcha la máquina de recodar, que anda un poco traqueteante ya. De cualquier modo nunca habíamos tenido en Segovia experiencias imborrables, eso seguro. Todo el mundo sabe que es una agradable ciudad de provincia, pequeña, manejable, donde a la gente le gusta salir a la calle y ocupar terrazas y bares a la caída de la tarde. Entre la gente se adivinaban visitantes como nosotros, pero también muchos segovianos dispuestos a vivir la rutina del fin de semana paseando cadenciosamente por las calles y plazas principales. Siempre igual, todo igual siempre…
«Confiemos
que no sea verdad
nada de lo que sabemos».
Antonio Machado