UN BREVE VIAJE (segunda parte): en Segovia, durante día y medio, nos sentimos cómodos, próximos hacia todo lo que nos rodeaba y al mismo tiempo ajenos. Nada nos disturbaba, pero tampoco nos emocionaba, salvo el Acueducto, pero eso me temo que es una obviedad y además todo el mérito es suyo. También me toca fibras sensibles el románico por su austera y espiritual belleza y por el ascético sentido de sus formas. Sólida y frágil al mismo tiempo, creo que es la arquitectura religiosa más coherente y sentida. Probablemente ha sido la única época en el tiempo que religión y arquitectura, entremezcladas, tenían un sentido completo. Luego, con el gótico, se inició el desequilibrio y la histeria y más adelante todo se exacerbó hasta el caos. Ahora ya nada tiene sentido, ni la ética ni la estética que deviene del fenómeno religioso. Me parece. Quizá, si fuera creyente y religioso, en los únicos templos que me gustaría orar sería en los románicos. Pero no lo soy, así que me conformo y disfruto de sus sólidas armonías, sus precisas y emocionantes líneas y la textura de sus piedras. Y con la mística y misteriosa iconografía de gárgolas y capiteles…
“La angustia esencialmente poética del ser junto a la nada”. Antonio Machado
29 AGOSTO 2015
© 2015 pepe fuentes