BERLÍN (del cuatro al nueve de agosto de dos mil quince). Foto 1.
El personaje llegó a Potsdamer Platz, pero no nos saludamos. No nos conocíamos. Es igual. Eran las diez de la mañana del cuatro de agosto y ya nos habíamos desorientado dos veces. El equipo fotográfico pesaba mucho, pero estaba dispuesto a sufrir penalidades. La vida (y el arte) es así: esforzado. Si no hay inspiración que al menos haya sudor. Me habría gustado ser tan sofisticado como el personaje del sombrero amarillo y que me hubieran traído en coche a Potsdamer Platz, en Berlín. Y no sudar, aunque según dijo Epicteto: «No se llega a campeón sin sudar». Sudé todo el dichoso día, cargado como una mula, pero el pódium ni siquiera lo atisbé…
1 SEPTIEMBRE 2015
© 2015 pepe fuentes