BREVES OBSERVACIONES Y PROPÓSITOS SOBRE MI VIDA SOCIAL III:
Es obvio que todo el mundo tiene un relato (hasta yo mismo creo que lo tengo), por lo que el asunto debe tratarse de elegir a las personas con el relato adecuado. Afín. Mi problema es que no conozco a personas de ese tipo y si las conozco ya me han cansado. En general, si el discurso del otro me vale, probablemente el mío también pueda servirle a él, me digo. Entonces todo podría ser perfecto y posible. Así de engañosamente simples pueden ser las cosas. Pero no, no es tan sencillo, al menos para mí, porque no sé dónde pueden estar las personas que me susciten una atenta sonrisa de conformidad. Y, por supuesto, que provoquen que me apetezca hablar de lo mío. Sí, porque se supone que las relaciones se sustentan en el diálogo (y en el intercambio, siempre). De todos modos no debo extrañarme porque a lo largo de mi vida he tenido dificultades para relacionarme socialmente, aunque creo haber sido un buen tipo y hasta simpático, aunque tímido hasta el sufrimiento. Pero ahora, a estas alturas, tan tarde ya, casi todo se convierte en una fatal inclinación hacia la impaciencia y la inapetencia. Hacia el escepticismo, el cansancio y la desgana. También hacia la crítica veleidosa e intransigente…
3 NOVIEMBRE 2015
© 1986 pepe fuentes