21 ABRIL 2016

© 2016 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2016
Localizacion
Zurraquín, Argés (España)
Fecha de diario
2016-04-21
Referencia
3409

CUANDO FUI NIÑO I. «El niño que dejé de ser se convirtió en un antepasado y, en cierta medida, en una criatura enigmática, distante, de la cual soy hijo o nieto…». Antonio Lobo Antunes
Sí, como dice Lobo, ahora, doblada la penúltima esquina, siento palpitar con fuerza creciente el tiempo de la niñez, de la más remota y perpleja, de la que acababa de asomarse a la luz de los días. Cuando todavía no sabía nada. Luego, a medida que el tiempo fue venciéndola, arrasándola, comencé a intuir que fue allí, en aquellos inciertos momentos donde se anunciaron todas las derrotas que luego me llevaron por delante. Pero no porque lo que allí sucedió determinara nada, sino simplemente porque empecé a darme cuenta de quién era y de lo que tenía. Todo empezó allí y solo por eso el escenario se ha convertido en pieza esencial e insustituible para contar mi historia. Sin escenario no hay función. El libreto que narra los hechos es secundario, irrelevante, no es tan importante como los escenarios, no, no al menos en mi vida. Simplemente porque yo no he hecho nada de nada, solo me he arrastrado por decorados que me han venido dados. Soy quien soy y no puedo hace nada al respecto, aunque pesadamente me empeñe en intentarlo. Ahora,como nieto que soy de aquel niño azorado y arrasado por la ansiedad de frustradas esperas diarias, siento una enfermiza e irreprimible curiosidad por el espacio donde se representó la premonitoria ceremonia de un destino anunciado, fatal e ineludible. En aquel momento ya probablemente intuía que nada iría bien. Pero no, no lo sabía, todavía no podía saberlo. Aún me faltaban conjeturas por contrastar. Fue un tiempo decepcionante e infeliz. Vacío. Mi niñez allí quizá no fue tan dura como mi inmisericorde memoria se empeña en recordar. Solo se trataba de un escenario adverso que, combinado con otras deficiencias con las que ya estaba lastrado desde antes de nacer, hicieron que todo sucediera como inexorablemente estaba predeterminado…    

Pepe Fuentes ·