19 MAYO 2016

© 2016 pepe fuentes
Autor
pepe fuentes
Año
2016
Localizacion
Bargas (España)
Soporte de imagen
-120 MM- ILFORD DELTA 100
Fecha de diario
2016-05-19
Referencia
4053

VEINTE DE ABRIL (digresión ilustrativa sobre un impetuoso trabajo de campo)… Hace unos días, en plena explosión «creativa» inconsciente, de esas que no sé explicar porque me faltan los conceptos, llegaron las fuerzas de seguridad del estado. Me ocurre con frecuencia y no sé por qué. Debe ser porque concito tal magnetismo sospechoso que los atraigo. A primera hora de la tarde, cuando estaba en pleno paroxismo de incontenibles automatismos, en este recóndito lugar (siempre busco parajes y escenarios alejados de las gentes, para que nadie me moleste), divisé a lo lejos un coche sospechoso que titubeó: avanzó, paró, dio marcha atrás… Me dije: -en tres minutos tendré a los guardias metiendo las narices en mi «arte» que no entenderán porque ni siquiera yo lo consigo-. Instintiva e inmediatamente empecé a recoger los bártulos sin explicarme porqué, porque al fin y al cabo no hacía nada malo a nada ni a nadie, salvo a mí mismo provocándome inútiles desasosiegos por no encontrar razones para lo que hago con tanta aplicación. El caso es que sí, que antes del tiempo que supuse, allí estaban dos tipos con uniforme y sobrepeso preguntándome qué coño hacía. Como no lo sabía, solo acerté a decir que fotografiaba. Bien es verdad que era cierto y lo único que yo podía afirmar objetivamente. Pero claro, como era inaudito (incluso para mí), no se lo creyeron y me pidieron el documento de identidad. Uno de ellos se fue al coche a verificar mi relación con el orden y la justicia, supongo, o que no me había escapado de algún centro de reclusión para perturbados mentales, y el otro se colocó cerca de mí en tensión vigilante, firme, sin mover un músculo y sin apartar la mirada de mi atribulada recogida del equipo que había desplegado. Charlie, mientras, iba y venía intentando infructuosamente  quitar hierro al asunto y bromeando con los lustrosos guardias, que no le hicieron ni puñetero caso. Era el único que no se tomaba en serio lo que sucedía…    

Pepe Fuentes ·