LO QUE VI UNA MAÑANA CUALQUIERA III (fotográficamente, claro, en tan solo dos horas). Sí, son fáciles porque ya están desde hace décadas en el subconsciente del «arte fotográfico» (ahora se hacen otras cosas) y porque, aun siendo en esencia «ready-made», no son tan pringosos, no hay que cargar con ellos y llevarlos pesadamente de un lado para otro. Su asepsia la define el que solo hay que pulsar un disparador mecánico (ahora electrónico o digital o lo que sea) y ya está. Además los olvidas enseguida, por intranscendentes. Leves, azarosos, inocuos, baratos pero también sugerentes y hasta poéticos y, en el colmo de la plenitud, hasta bellamente misteriosos. Los míos, por ejemplo, son todo eso, aunque solo lo sean para mí. La fotografía, a fin de cuentas, solo es un ejercicio íntimo de terapia ocupacional porque no inventa nada: el «tema», siempre, ya está inventado. «No sabe porque se siente impelido a tomar esas fotografías. Comprende que es una empresa vana, que a nadie puede serle de utilidad…pero lo único que él quiere son fotografías: no las cosas sino sus imágenes.» Paul Auster. Continuaré mañana con el asunto de las fotografías fáciles y viejas ya…
9 JUNIO 2016
© 2016 pepe fuentes