A PROPÓSITO DE BERNARD PLOSSU (conclusión)… Lo cierto es que estaba realmente bien lo que había escrito el señor Vázquez, si nos atenemos a su negocio, claro, pero fue una obra muy distinta lo que yo vi en la muestra, a saber:
-Fotografías muy deficientes técnicamente, con positivos empastados, pobres de tonos, descompuestos, muchos de ellos injustificadamente torcidos: en las que aparecía el mar, la línea del horizonte estaba tan inclinada que ese mar se vaciaría en unos minutos, quizá por efecto de la metafísica.
-Los «temas» poéticos y metafísicos (según el señor Vázquez) no eran tales, o al menos a mí no me lo parecieron en absoluto, solo contenían motivos triviales, intranscendentes, sin pulsión ni evocación de ningún tipo; por ejemplo, aceras, tapiales, senderos que terminaban en un vulgar terraplén, veredas que bordeaban en diagonal una precaria tapia y como colofón del itinerario (el «punctum» de Roland Barthes), una vulgar hormigonera sin sentido, cableados en postes sin más, fachadas de edificios feos, tiendas ni nuevas ni viejas. Y así todo. Ah, y algún que otro barco, también sin más. Todas deshabitadas, todas muertas. Pura indolencia.
-No se salvaba ni una sola imagen, ni siquiera la de la lluvia de cascotes sobre la que había depositado expectativas porque vista completa era una absoluta nadería.
– No era solo lo malo la falta de aliento poético, o metafísico, o estético, o sugestivo, o diferente, no, lo peor era que todo era pesadamente gris. Y trivial. Y perezoso. Y anodino. Y lineal. Y vacío. Y árido. Y mal concebido y peor resuelto.
Y, por desgracia, todo, absolutamente todo, abrumadoramente aburrido. No hay disculpa para el aburrimiento. No había margen o lugar para el secreto o el misterio. Se podría pensar que este decaimiento de Monsieur Plossu era consecuencia de agotamiento o edad, si la obra fuera reciente, pero no, la muestra abarcaba más de veinte años y apenas había de los últimos diez. Qué tremenda decepción. El «maestro» ha empleado más de treinta años en avanzar hacia atrás, aunque no deje de ser ovacionado y nunca olvidado. En eso debe consistir la «metafísica» me dije…
11 AGOSTO 2016
© 1988 pepe fuentes