A PROPÓSITO DE BERNARD PLOSSU (epílogo)… Se da la curiosa circunstancia, a pesar de mi decepcionada y exacerbada crítica de la exposición del «maestro», Monsieur Plossu, que estoy plenamente convencido de que le debo mucho, que muchas de mis imágenes están influidas por aquellas fotos que vi cuando empezaba, de cuando nada sabía de estéticas fotográficas (todo era puro instinto), y que tanto me gustaron, por lo que quedaron indeleblemente grabadas en mi mirada, o subconsciente o donde quiera que sea. Lo mismo me sucedió con la obra de Carlos Villasante (más cercano para mí). Supongo que es inevitable ser influido inadvertidamente, sobre todo en los comienzos. Lo que me ha sucedido con Plossu, y de ahí mi decepción, es que esperaba muchísimo más y mejor que aquellas lejanas fotografías y me he encontrado con una obra tediosa e indolente donde no hay rastros de progreso o evolución sino todo lo contrario. El Plossu que vi en el Jardín Botánico es infinitamente peor que el que vi en mayo de hace treinta y siete años. Eso no quita que le esté inmensamente agradecido por su obra cuando tan necesitado estaba de referencias. A pesar de mi desilusión, he querido rendirle homenaje con las fotos que he incorporado al diario en estos últimos días, en las que intuyo que hay depositado un germen Plossu. Creo.
12 AGOSTO 2016
© 1982 pepe fuentes