DIGRESIÓN CINCO. Exhibition. Reino Unido (2013), Guión y dirección: Joanna Hogg. Intérpretes: Viv Albertine, Liam Gillick. ¡¡¡Oh, qué película tan artística!!! «La performer D y el arquitecto H son una pareja a punto de abandonar la casa donde han vivido y trabajado durante años. Los dos sienten este proceso como un duelo que cada uno vive a su manera». Eso dice la sinopsis, si no la lees casi que no te enteras que la película va de eso. Pero es lo de menos porque lo que sucede a lo largo de cien minutos está muy bien. Es suave, y silencioso, y bello, y dramático, y desesperanzado, y sensual, y exquisito. Son una pareja de artistas que, además de serlo, lo parecen. Viven en una bella casa hecha a su imagen. Cada uno en una planta, en sus respectivos estudios, trabajan, crean y dialogan consigo mismos. Se comunican a través de un teléfono interior. Vi la película con sumo interés y gozo porque me encantaba su estilo de vida. Y su casa, que incomprensiblemente dejaría de serlo. Esa fabulosa y artística casa, después de su marcha, dejaría de ser lo que fue. Ya no sería nada (quizá hasta se derrumbaría como protesta). Me interesaron mucho las creaciones que se muestran de D en la película (el trabajo de H apenas se ve) porque, en ocasiones, me recordaban mucho a lo que yo hago, con mejor o peor fortuna. D se tendía en el suelo y abrazaba a las piedras, o formaba con su cuerpo tendido en el suelo un ángulo recto con una esquina de la casa (eso todavía no lo he hecho pero, como me gustó mucho la idea, quizá lo haga y no me importará imitarla). Me sentí muy cerca de la actitud de estos dos personajes y especialmente de D porque, «como todo el mundo sabe», yo, haciendo fotos, también soy un poco -performer-.
26 AGOSTO 2016
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